Historia del cobre
El uso del cobre se remonta a los orígenes de la civilización hace unos 10.000 años, cuando en algún momento el ser humano dejo de depender de las herramientas de piedra y comenzó a usar un metal disponible en la naturaleza, manipulable, dúctil y con una resistencia hasta entonces desconocida.
La minería pudo desarrollarse entre civilizaciones avanzadas como las de los egipcios, que fueron cunas del conocimiento. Posteriormente su uso se expandió al mundo antiguo, incluidas las civilizaciones helénica y romana. En América, civilizaciones como las de los aztecas y los incas también utilizaban este metal rojizo.
Bondades del metal
El cobre posee propiedades físicas y químicas únicas, como la conductividad eléctrica, conductividad térmica, resistencia a la corrosión (duradero) y moldeabilidad.
La chatarra de cobre genera la misma calidad ya que este se puede reciclar infinitamente sin perder sus propiedades. Esto hace que sea 100% reciclable.
El proceso de producción de cobre:
La producción desde fuentes primarias comienza con la extracción de minerales que contienen cobre en minas a cielo abierto o subterráneas. América Latina representa el 47% de la producción total.
La producción desde fuentes secundarias se alimenta de chatarra de cobre que se origina a partir de residuos de fabricación de productos semiterminados o terminados. Después del tratamiento inicial que generalmente incluye clasificación y trituración, la chatarra de cobre ingresa al proceso pirometalúrgico de producción en diferentes etapas.
Minería---Fundición y refinado---Fabricación de semis---- Fabricación de productos finales---Reservas de cobre en uso (aquí está el cobre reciclado que vuelve a la fundición, siendo el 16% del total de cobre que ingresa a la fundición).
Bueno para el medioambiente
Se espera que la producción de cobre se duplique en los próximos 30 años, hasta alcanzar una producción anual de 50 millones de toneladas, de las cuales 10 millones procederán de la chatarra de cobre.
El cobre es esencial para una amplia gama de tecnologías de descarbonización. Cuando se toman en conjunto estas tecnologías tienen el potencial de representar el 66% de la reducción global de las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2050.
La producción del cobre representa alrededor del 0,2% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y se está trabajando para seguir reduciendo.
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